Texto Escrito por Ivan Sánchez.
La armonía musical siempre ha sido un complemento ideal para la vida interior de la gente, un genial simulacro de huida y néctar para los sentidos. La ambrosía con edulcorantes que se vende como tal en cualquiera de sus formatos.
El artista sufre y amortigua el dolor con sus propias creaciones, eso no se puede discutir, la libertad es inapreciable en un mundo esclavo y ahora lo que vende no es la ambrosía, lo que vende es el pienso agrario.
No puedes soltar las ideas sin un formato, las ideas vienen de la nada y precisan un crecimiento, alimentadas por el subconsciente y la mejor forma de lidiar con el medio. Nirvana alquilado en forma de adicciones y de formatos inmediatos, la sociedad del todo y la nada es nada y lo quiere todo. Siempre que intento leer tranquilo escucho los despreciables lamentos del oráculo, la televisión se ha convertido en uno más de la familia, se filtra por el hueco de la puerta y me ladra que la mesa está puesta.
Lo único que veo encima de los platos es casquería, despojos cárnicos con venas azules y moscas verdes en donde antes había un ojo. Cabe destacar que el subconsciente es una grabadora 24/7 que alimenta el odio que tenemos ya por naturaleza. El caos vence a la armonía pero no para crear otra que suene mejor a la mayoría, simplemente para que el ganado no pase hambre. Para todos los que alguna vez hemos tenido sinestesia, cada corriente histórica tiene sus himnos, sus canciones, sus ritmos.
Otras son reivindicativas, otras cumplen su función: Elogiar la inteligencia humana, lo único que nos diferencia de los animales, aunque parezca al revés. ¿Qué pasa cuando el ruido es vendido como música?, que la verdad será tratada como a mentira y la mentira se venderá el doble. Agentes de márqueting, sociólogos, psicólogos... Se reparten el trabajo de estudiar el fractal de la estupidez humana. Cada época histórica se reconocía por un arquetipo determinado, no preestablecido.
Puesto que la historia de los pobres no tiene para abastecer tanto a tanta gente, forma un ruido que sobre el ruido crea de todo menos silencio. Estamos en la época del ruido, de la prisa, del asco... No sabemos detenernos, callarnos y observar lo que nos rodea y esta sociedad miope tropieza entre despojos cárnicos, que todavía siguen vivos.
El Dubstep es un estilo musical caótico y a la vez armonioso, un formato inmediato de usar y tirar, como la música popular fruto de estudios de márqueting hecha para ciudadanos, no para humanos. Un individuo apostará por la música como por cualquier otro refugio que se le antoje, un ciudadano simplemente se suicidará en vida o quizás se pase con la dosis de ''realidad'' y muera de verdad.
Escucho Dubstep, es un estilo musical complementario y que puede ser mezclado o escuchado por separado; Lo único que resalto, son los factores que provocan que la música sea una mentira en sí misma y que la mediocridad de esta sociedad en decadencia no vea más allá de una canción, de un libro, o de sus propias vidas.
La música popular no les gustaba ni a quienes la hacían y adoptan el Dubstep que ha pasado del versátil Underground a un monótono bombo de trituradora de folios, rayajos en una ventana, psicofonías, crujir de dientes y una letra que deconstruye el idioma por sí solo logrando que aprendas inglés antes que a ladrar en un mundo alérgico a la templanza y los acordes de siete notas que retumban en el sentido, matices que tardan en desaparecer, cristalizando el alma.
El dubsteb es una puta mierda así te lo digo, una aberración, es no es música es informática pura.
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