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Miguel Ríos - La Época Progresiva (1974-1977).

LA DESCONOCIDA ÉPOCA PROGRESIVA DE MIGUEL RÍOS.

Con la colaboración de Cecilio Aguilera Nieto.



Cuando llegó la explosión de los grupos yeyés en España en 1965 por la influencia The Beatles, MIGUEL RÍOS ya estaba allí. Era como un roket entre mods; él había empezado con 18 años en el año 62, con el nombre de MIKE RÍOS, bajo la etiqueta de “El rey del Twist” y la compañía de discos le traducía los éxitos roqueros americanos al idioma y sonido español, al igual que en Italia se hacía con Adriano Celentano o en Francia con Jonny Hallyday.

Estas traducciones suponían unas orquestaciones cutres que poco se parecían a los originales de Elvis y demás estrellas americanas. Solo cuando conseguía grabar con Los Sónor o con Los Relámpagos se aproximaba un poco. De esta época podríamos recordar su famoso “Popotitos”.

Por eso cuando Los Brincos, Los Bravos, Lone Star, etc. modernizaron el sonido del pop
español, él se sentía perdido y antiguo. Intentó integrarse en Los Relámpagos, pero Paco Rodríguez Fuster, batería y líder del grupo, no se llevaba bien con él y no aceptó a alguien con tanta personalidad.


Se encontraba en manos de su compañía de discos que lo orientó hacia las baladas. Recuperaron su nombre y ya como MIGUEL RÍOS grabó “El río” una típica balada con orquesta que le compuso Fernando Arbex, el líder de Los Brincos. 

Una vez resignado a ser un baladista, una feliz carambola, le dio un golpe de suerte. El productor Rafael Trabuccheli y el director y arreglista Waldo de los Ríos idearon una adaptación del cuarto movimiento de la novena sinfonía de Beethoven al que llamaron “Himno de la alegría” y consideraron que de la nómina de cantantes de la compañía Miguel era el que más cualidades vocales tenía. Este tándem se distinguía por el llamado “Sonido Trabuccheli” que adaptaba el sonido psicodélico de la época a orquestaciones que tenían cierta grandeza. 


“El Himno” fue un bombazo mundial, número 1 en casi todo occidente y Sudamérica, Miguel grabó, a partir de entonces con ese sonido; viajó de promoción por todo el mundo en aquellos años 69 y 70. Y cayó en la cuenta de que su sonido enlazaba de alguna forma con el rock sinfónico con grandes orquestas que habían inaugurado The Moody Blues con su disco del 67 “Days of future passed” en el que se encontraba el éxito “Nighs in White Satin”. Y pensó orientar su carrera hacía ese caso.

Pero cuando salía de gira, no podía reproducir el sonido de la gran orquesta y no podía interpretar el “Himno” que era lo que el público le pedía, con un grupo de rock. Teddy Bautista le dio la solución. Le encargó que en uno de sus viajes le trajera de Londres un Melotrón, que necesitaba para su nuevo proyecto con Los Canarios “Ciclos”. Junto con el sintetizador Moog que Teddy ya tenía, podrían emular a los: Emerson Lake & Palmer, Pink Floyd, Yes, Genesis etc. Ese sonido al que aspiraba todo el que quisiera estar en la vanguardia.


                                                 

Acompañado por Los Canarios, Miguel grabó una gran versión de “Cantares”, la adaptación del poema de Antonio Machado de Serrat y “El rock de la cárcel”, que suena demasiado extraño con unos arreglos tan progresivos.

En 1974, cuando terminaron la grabación de “Ciclos”, abordaron el disco de Miguel “Memorias de un ser humano”, un gran disco progresivo en contra del criterio de la casa de discos que quería que fuera un baladista con orquesta. Pero Miguel ya era suficientemente importante como para dirigir su carrera.

Además de los arreglos de Teddy Bautista, Miguel cambió el sentido de sus letras, introdujo la protesta social en canciones como “La mina” o “El Juglar” en la que introdujeron una bucólica flauta que le daba un aire medieval a lo Jetro Tull. También podemos encontrar la que podríamos considerar la primera canción ecologista de la música española “Desde mi ventana” y el más sinfónico “Por si necesitas”, una gran canción de amor. 

Para la portada eligieron al pintor sevillano Máximo Moreno, que posteriormente se convirtió en el más importante portadista del rock andaluz. Muy conocidas son todas las portadas de los sevillanos Triana. En la portada se representaba un busto de Miguel en el que el pelo había sido sustituido por hojarasca, una portada en la que se mostraba en armonía con la naturaleza.

Su siguiente disco, en el año 1976, fue la aventura menos comercial que realizó nunca. Se dio el capricho de grabar un disco conceptual, una de las pocas “operas-rock” que se han hecho en España.


La idea le surgió de la casa con huerto donde vivía cerca de Torrejón de Ardoz, próxima a la base aérea americana desde donde veía sobrevolar los cazas. Basándose en una iglesia que se había mantenido intacta a la bomba atómica de Hiroshima, se le ocurrió una historia de ciencia ficción donde su huerta salía ilesa de un ataque nuclear a la base y la llamó “La huerta atómica”.

La música la hizo con el teclista Mariano Díaz y el guitarrista Tony Ponce y para la letra colaboró con Fernando Miranda. Díaz se encargó de la dirección musical y Alfredo Carrión (director de música contemporánea que también trabajó en “Ciclos” de Canarios) de los arreglos de orquesta y coros. Contó con la colaboración de las cantantes pop Jeanette y Massiel en los recitados de “Instrucciones a la población civil” y “El consultorio de la señora Pum”.



No tiene ningún tema que destaque sobre los demás pero todos tienen un gran nivel y en los que colaboran las cantantes mencionadas se muestra gran sentido del humor.

Esta disparatada aventura fue financiada totalmente por Miguel aunque luego fuera editada por Polydor.

En un viaje a Egipto, Miguel conoció las canciones de Rafic Hobeika. Como ya se estaba imponiendo el rock andaluz, gracias al éxito del segundo disco de Triana “Hijos del agobio”, a Miguel se le ocurrió robarle un rif irresistible al egipcio para su tema “Al-Ándalus”, que dio nombre a su nuevo disco.

En el nuevo proyecto coincidieron en el tiempo varias circunstancias: el éxito de Triana y las reivindicaciones de la autonomía andaluza. Miguel se estaba politizando poco a poco, a la reivindicación social y ecologista se añadió la conciencia del subdesarrollo de su tierra.

Se enroló con músicos sevillanos liderados por el guitarrista de jazz-rock Luís Cobo “El Manglis”, el teclista Luis Fornés y gente del grupo Dolores (que luego acompañó a Paco de Lucia). Para las letras se asoció con el cantautor Antonio Mata Valero. 

Utilizaron una melodía clásica, “Recuerdos de la Alhambra” de Fernando Tárrega, para un tema llamado “Con su blanca oscuridad” que con el ya mencionado “Al-Ándalus” y otro llamado “Guadalquivir” destacan en un disco bastante homogéneo y con una sonoridad única y original 



“El Manglis” se identificó tanto con el proyecto y la canción “Guadalquivir” que formó un grupo de jazz-rock-andaluz, con el mismo nombre, editando un vinilo de color verde el cual empezaba con el tema en versión instrumental, para lo que recluto a los músicos que hicieron la gira “Al-Ándalus” con Miguel.

Aunque ninguno de los tres discos de los que hemos hablado tubo buenas ventas, Miguel se mantenía económicamente con su prestigio en los directos, solía llenar los conciertos. Durante los mismos observó que el público vibraba más con el medle de rock and roll clásico y que durante los largos solos del rock progresivo él tenía poco que hacer en el escenario.

Así, dio un giro a su carrera para reencontrarse con el gran público grabando “Los viejos rockeros nunca mueren”, “Rock and roll Bumerang” “Extraños en el escaparate” y “Rock and Ríos”, etc. una historia de éxitos sobradamente conocida.

Cecilio Aguilera Nieto.

Exposición Discográfica:

Memorias de un ser Humano (1974)


                                                                      


La Huerta Atómica (1976)


                                                                    



Al-Ándalus (1977)


       
                                                               

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